Andy, 22/03/02
Andy dormía lo que él debía entender como una plácida siesta en el centro de una carretera. Montse pasó por allí y pensó que estaba herido, paró su coche, se acercó, él ni se movía. Solo al ir a recogerlo se dió cuenta de que estaba vivo.
Tiene unos 12 años, sus ojitos no producen lágrimas y vamos a tener que lavarlos a diario, está mejor de sus problemas de piel.
Es ciego. Este pequeñín necesita un ángel al que no le importe su edad y sepa valorar el cariño que desprenden sus ojos ciegos. No mires a otro lado, él también se merece una familia.
Andy dormía lo que él debía entender como una plácida siesta en el centro de una carretera. Montse pasó por allí y pensó que estaba herido, paró su coche, se acercó, él ni se movía. Solo al ir a recogerlo se dió cuenta de que estaba vivo.
Tiene unos 12 años, sus ojitos no producen lágrimas y vamos a tener que lavarlos a diario, está mejor de sus problemas de piel.
Es ciego. Este pequeñín necesita un ángel al que no le importe su edad y sepa valorar el cariño que desprenden sus ojos ciegos. No mires a otro lado, él también se merece una familia.
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