El refugio de animales de la protectora Lena corre el peligro de desaparecer si antes del mes de junio no encuentran un lugar donde poder desarrollar su actividad. El motivo es que el espacio cedido que actualmente ocupan en la parroquia mosense de Sanguiñeda tendrán que desalojarlo porque sus propietarios, con quienes mantienen una excelente relación, lo van a vender. El plazo se agota el próximo mes de junio. Los dueños les han dado este tiempo para no dejarles en la estacada de un día para otro. Si llegada esa fecha no han encontrado otra finca alternativa en la que poder seguir trabajando, se quedarán sin un refugio para los animales. Por el momento, no saben dónde meterse. Las responsables de esta entidad han lanzado una llamada de socoro para que algún particular u organismo les ceda un terreno solidariamente. Han mantenido reuniones con representantes políticos de A Louriña, pero lamentan que su demanda no ha tenido mucho eco hasta el momento.
Belén Machado, portavoz del refugio, afirma que necesitan un espacio con luz y agua y que preferiblemente no esté cerca de casas habitadas para evitar molestias a los vecinos. «A todo el mundo le parece muy bien la labor que hacemos, pero nadie quiere una protectora al lado de su casa, lo que hasta cierto punto lo podemos entender, por eso preferimos un lugar que esté alejado de núcleos de población», afirma Belén Machado. Las voluntarias de Lena buscan con urgencia un lugar donde trasladar el refugio preocupadas también por el futuro de la decena de perros que se encuentran actualmente en el refugio de Sanguiñeda.
Casas de acogida
La organización trabaja fundamentalmente con casas de acogida, es decir, personas que se comprometen a adoptar temporalmente a los perros o gatos que han sido abandonados mientras no se tramita su adopción definitiva. Pero mantienen el refugio para poder dar amparo a aquellos animales abandonados para los que no han encontrado casas de acogida. Todo el trabajo que supone el mantenimiento del refugio lo llevan a cabo voluntarios a costa de su sacrificio personal, puesto que no reciben ningún tipo de ayuda institucional. Gracias a los libros y otros objetos donados de segunda mano que que venden en mercadillos consiguen obtener fondos que destinan a la alimentación y el tratamiento de los animales que están enfermos. Además sufragan la esterilización de los animales para prevenir que se multiplique el número de perros abandonados en las calles. Afirman que l problema es especialmente preocupante al final de cada temporada de caza, cuando aparecen numerosos podencos vagando a su libre albedrío, por lo que consideran que el refugio no debería de desaparecer.
fuente :http://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/o-porrino/2015/04/23/protectora-lena-busca-sitio-poder-mantener-refugio/0003_201504V23C9997.htm
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