No hace falta sacar el látigo y zurrar a un animal para maltratarlo. Se le puede hacer daño de otras muchas maneras. Eso es, al menos, lo que piensa la Guardia Civil de Boiro, que va a imputar un delito de maltrato a un vecino de A Pobra por lo sucedido con un caballo. ¿Qué pasó? Por estrambótico que suene, el hombre ató al ejemplar con un cordel al pasamanos de su vivienda y ahí lo dejó, pasando las horas en el portal de edificio número 9 de la calle San Roque. El inmueble está en pleno casco urbano y a tiro de piedra de la sede de la Policía Local, que fue la que se encargó, junto a los agentes del instituto armado, de decirle al dueño que retirase inmediatamente al equino del lugar. Lo hizo ayer a primera hora.
Para entender cómo el caballo acabó en semejante sitio hay que hablar primero del dueño y de su currículo de problemas. Este hombre, con un historial de broncas importante y algunos antecedentes policiales, estuvo en el calabozo la semana pasada por agredir con un rastrillo a un vigilante de la cofradía pobrense. Tras pasar por el juzgado quedó libre con cargos.
Ya el jueves, los vecinos de la calle San Roque llamaron a la Policía Local con un enfado importante. Decían que había un caballo metido en un portal y que el pobre animal no paraba de relinchar durante la madrugada. También había hecho sus necesidades en pleno vestíbulo, aunque eso solo debería molestarle al propietario, que es el único ocupante del inmueble.
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