Tres perros de raza podenco aparecieron muertos este viernes en la parroquia cañicense de A Franqueira, a cincuenta metros de distancia del santuario.
Fue su propietaria quien los encontró. Hasta el lugar se desplazaron dos agentes y un vigilante del Servizo de Conservación da Natureza, de la Consellería de Medio Ambiente, quienes comprobaron que los perros habían sido envenenados por lo que procedieron al levantamiento de sus cadáveres.
Los canes han sido trasladados al laboratorio del Hospital Veterinario Universitario Rof Codina, de Lugo, para descubrir el principio activo del veneno utilizado.
Mientras, continúa la investigación para tratar de localizar a los autores del envenenamiento ya que se trata de un delito ambiental que está tipificado en el código penal y que podría derivar en cárcel, puesto que, según explican agentes medioambientales, "en caso de tratarse del veneno estricnina, se introduce en la cadena trófica y puede dañar a numerosas especies".
Éste ha sido el primer caso de perros envenenados en A Franqueira notificado a la Consellería de Medio Ambiente. Los agentes insisten en su gravedad por haberse producido en medio del pueblo, constituyendo un peligro para otros seres vivos, y cuando solo faltaban dos días para el inicio de la temporada de caza.
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