Dido tuvo la suerte de nacer justo antes de que su madre, Aina, entrase en la perrera. Una casa de acogida aceptó cuidar de él, su madre y sus seis hermanos y eso, seguro, les salvó la vida.
Aún nadie ha adoptado a Dido, y de nuevo tiene que cambiar de casa de acogida. Lo han cuidado durante el verano, ese fue el acuerdo. Necesitamos reubicarlo, una casa de acogida urgente para él, o mucho mejor, una familia definitiva!
Es de tamaño mediano tirando a pequeño, bajito, peludo, muy cariñoso, limpio, está esterilizado. Habituado a vivir en un piso…
No mires hacia otro lado, ayúdanos a ayudarle.
En acogida, como siempre, Ojatican corre con todos los gastos.
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