Acabamos de dejar atrás las navidades y en muchos de los hogares, con
ellas ha llegado un nuevo miembro a la familia, Un cachorro, este nuevo
inquilino nos aportará alegría, divertimento, juego y todo lo positivo que un
cachorro aporta en una casa. Pero también van añadido en el Pack una serie
de responsabilidades y obligaciones que en caso de no ser bien gestionadas,
provocan en muchos hogares problemas de convivencia con nuestro
cachorro que pueden hacer que la convivencia con un cachorro se haga
insufrible.
Vamos a hacernos una composición de lugar, nuestro nuevo amigo, ha
pasado sus dos primeros meses de vida junto a su madre y hermanos, con
un extremado nivel de exigencia, por su parte. Nuestro recién llegado
cachorrillo viene de la “ guerra” ha tenido que pelearse para comer, para
obtener el calor y atención de su madre y seguir el riguroso orden
jerárquico al que ha sido sometido por sus hermanos . Y de repente llega a
nuestra casa y todos nos deshacemos en mimos, atenciones, muestras de
cariño, le damos libre acceso a la comida, le llevamos a su veterinario para
las primeras revisiones y un largo etcétera de libres concesiones que
evidentemente harán mella en nuestro cachorro transformándolo en breves
semanas en un pequeño “ Tirano” que nos ira exigiendo cada vez más
concesiones e incluso nos mostrará su enfado ante nuestra negativa a
acceder a sus antojos, o privarle de ese sofá que tanto le gustaba cuando era
pequeño.
Y ya está ya tenemos un perro problemático en casa. Hay solución a este
tipo de comportamiento del perro? Por supuesto que sí. Recordemos una cosa, el cachorro llega a casa de un
régimen estricto de control al cual ha sido sometido por su madre y
hermanos NO? Y por que no lo seguimos manteniendo y hacemos que el
perro valore como su acceso a sus necesidades como una concesión por
nuestra parte?. Pues esta es la clave, la PREVENCIÓN es la mejor de las
opciones que tenemos. Los perros son animales muy estrictos en cuanto sus
hábitos, por ello, desde un principio aceptarán de muy buena gana los
horarios, zonas y todas aquellas limitaciones que le impongamos desde su
llegada.
El 99 % de los problemas de convivencia con un cachorro, se desencadenan
cuando retiramos las concesiones iniciales y el cachorro nos echa un pulso
para recuperarla. Por ello la base para la mejor convivencia con el cachorro
es juntarse toda la familia y organizar todo lo que la convivencia con el
cachorro va a conllevar.
Ejemplos:
• Si es un cachorro de raza grande, cuando vayamos en el coche, lo
llevaremos desde el inicio en la parte trasera del coche adaptada para
él. Si optamos por llevarlo delante a nuestros pies, en cuanto crezca el
querrá seguir viajando allí y nos contará convencerle de ir atrás.
• Delimitar desde el día de su llegada, zonas de libre acceso y zonas
restringidas dentro de la casa o el jardín.
• Muy importante organizar los horarios de comida , salidas y paseos.
• Una socialización temprana, que no podamos juntarlo con otros
perros hasta que nuestro veterinario nos dé el visto bueno; no quiere
decir que no podamos llevarlo a la calle aunque evitando que se
acerque a otros perros.
• En cuanto el veterinario nos dé carta blanca para poder socializarlo
con otros perros, listo sacadlo a la calle tanto como podáis e intentar que el perro se habitúe con todo su entorno, lugares, sonido,
personas, niños, perros, escaleras, ascensores…
• Habituarlo poco a poco al uso de collares y correas.
• Para que un perro se desarrolle de forma equilibrada, necesitará que
le aportemos las dosis equilibradas de afecto, disciplina y ejercicio.
Escatimar en cualquiera de ellas afectará al desarrollo equilibrado del
perro.
• Para corregir al cachorro evitaremos SIEMPRE el castigo, físico.
Utilizaremos correcciones con decir un No en un tono asertivo, a
modo de reprimenda. Si insiste aumentamos el tono de exigencia,
pero sin aumentar el volumen, y si no funciona, podemos utilizar el
TIMEOUT o aislamiento controlado. Consiste en que cuando se
muestre terco en seguir con su conducta, lo sacamos sin forzarlo y sin
decir nada a otra habitación o al jardín y le dejamos allí por periodos
de 10 minutos hasta y le dejamos pasar. Si no da resultado deberemos
insistir pero aumentado el periodo de aislamiento de 10 en 10
minutos. (10´, 20´, 30´…)
• Para impedir que rompa nuestras cosas, prevenir, no dejarlo sin
control o vigilancia suelto por la casa o el jardín. Lo soltamos y le
vigilamos de reojo, si intenta coger algo que no queremos le damos un
NO asertivo e insistimos a cese en su intento.
• No dejar al perro para jugar objetos nuestros viejos, como zapatos,
no distinguirá entre los viejos y los nuevos y podremos encontrarnos
con alguna sorpresa.
• NUNCA; NUNCA restregar el hocico del perro si se le ha “escapado”
algo en casa. Si no lo cogemos infraganti, lo recogemos sin que lo vea
y si lo cogemos en pleno momento, le decimos NO y lo llevamos
rápidamente al lugar donde queremos que lo haga.
• Para acelerar el proceso de controlar sus esfínteres, lo más adecuado
es ayudar al cachorro, sacándolo a su zona de evacuación, cuantas
más veces mejor. Así le daremos la opción de acertar, donde nosotros queremos que lo haga. Y por supuesto, cada vez que acierte; le
colmamos de mimos y premios. Poco a poco irá apuntando mejor y
en un par de meses, ya lo tendrá totalmente superado.
• Acudiremos a nuestro veterinario , si al pasar el periodo inicial de los
seis meses, nuestro cachorro sigue sin controlar sus esfínteres; ya que
pasado este tiempo habría que descartar posibles problemas de salud
Hay una máxima que tenemos que seguir durante los primeros
meses. Prevenir,Constancia y mucha pacienciasolo así tendremos
al perro más educado del mundo.
Juan Freire Rodríguez
Educador Canino
Experto en etología canina
Máster en psicología Clínica Canina
fuente : http://veterlaguardia.com/wp-content/uploads/2013/05/ramalladas.pdf
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