8 meses con Wini. ACOPO

"Cógelos que me los llevo yo a casa"... ésa fue la frase para que el pequeño Remo llegara a nuestra casa.
Remo y Playa, los cachorros del mar y la arena.
Pronto cambiaron de nombre, no sé muy bien porqué, pero nos gustó llamarlos Vilma y Wini. Vilma pronto fue adoptada, en verano todavía. Wini pasó con nosotros el verano, el otoño, el invierno horrible lleno de temporales... y no llegó a primavera.
Iba creciendo... iba a ser tamaño cocker, quizás altito, jeje , sí, sí, altito. Como unos 18 kilos de altito y muy muy guapo y dulce, muy muy dulce y bueno, muy muy bueno... mi Wini...
Desde que entró en casa los gatos, el test más exigente, me dijeron que Wini era de fiar. Ni un bufido, ni un susto, ni un esconderse. Desde el primer momento hubo una total confianza con el nuevo, el cachorro de patas largas y mirada de miel.
Difunde difunde difunde y Wini siguió creciendo con nosotros e incluso dudamos "¿nos lo quedamos para siempre? ". Una locura, la familia ya es muy numerosa.
Por fin el teléfono y una de esas personas en las que confías a ciegas que te dice: te va a llamar una persona por Wini.
Allá vamos, nervios y más que nervios. Wini ya es de la familia y hay que dejarlo marchar... tenía que llegar el día, para todos llega y marchan.
Una familia inesperada, estupenda, tres personas y dos gatas que lo harán sentir como en casa... bueno, ahora ya está en casa.
Una familia consciente de que hay que tener paciencia, de que no es fácil separarse del mundo conocido y entrar en uno nuevo. Consciente de que hay que tratarlo con cariño y sensibilidad y todo irá bien.
La primera noche la peor. Cómo estará, se sentirá extraño... y llega una foto y un mensaje: dormido tranquilamente debajo de unas piernas... este Wini, así se hace, tú pórtate bien como tú eres.
Pasan los días y van llegando mensajes y buenas noticias: "mueve más el rabito, come bien, juega, ..." ¡Genial!!
Imposible no enamorarse de Wini...
Por fin y qué bien, pongo Wini, nuestro querido cachorro de arena y agua ¡adoptado!