La Xunta expedienta a la perrera ilegal y sacará de allí los animales
La Consellería de Medio Ambiente advirtió ayer de "una situación de malos tratos contra los animales" en la perrera ilegal de Rianxo, donde más de cien perros viven en condiciones insalubres, por lo que decidió abrir un expediente sancionador contra su propietaria, María del Carmen Tubío, y decretar el decomiso de todos los animales.
La decisión fue adoptada tras el examen preliminar realizado ayer por un equipo de veterinarios del hospital clínico Rof Codina. Los perros deberán permanecer en cuarentena diez días para garantizar que se encuentran libres de parásitos e infecciones. Los veterinarios harán nuevas visitas a estas instalaciones para la identificación, limpieza, desparasitación y vacunación de los animales.
Algunos ejemplares tendrán que ser sacrificados debido a su gravedad, mientras que el resto se distribuirán por diversas protectoras de animales de Galicia cuando estén rehabilitados.
Pasado el mediodía, un equipo de veterinarios llegaba a la aldea de Villanustre para desparasitar y vacunar a los perros que desde hace años se hacinan en la vivienda, un galpón y una nave de María del Carmen Tubío.
Pero ante la presencia de numerosos periodistas optaron por marcharse. Un hora después la Guardia Civil acordonaba el acceso "por epizootia" y los veterinarios entraban en el galpón.
El alcalde, Pedro Piñeiro, negó las acusaciones de María del Carmen Tubío, quien señalara que "me han dicho que el Concello remite aquí a quienes llaman por casos de perros abandonados". Piñeiro dijo que "el Concello contrata a una empresa de lacería de A Coruña".
Por su parte, María del Carmen Tubío insistía ayer en que los periodistas viesen la nave ilegal, donde hay decenas de canes aparentemente bien alimentados y en unas instalaciones que a primera vista se ven limpias.
Por contra, se negó a permitir el acceso a nadie al galpón (que ayer sí dejó visitar a los veterinarios) y a su vivienda, donde decenas de perros se asomaban por las ventanas y hasta por los tejados. La mujer dice ser víctima de una injusticia "porque los perros no suponen un peligro, están cuidados y no tenemos afán de lucro". "Limpiamos una vez por semana con lejía y sólo pedimos una ayuda y tiempo para legalizar y ampliar la nave", dijo.
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