CAMBADOS
El Refugio valora movilizarse contra la perrera provincial
n l. r. cambados
El Refugio de Animales está dispuesto a salir a la calle contra la propuesta de la Diputación de Pontevedra de convertir la perrera de Meis en un centro de acogida provincial. Asegura que se convertirá en un centro de exterminio y hacinamiento pues las instalaciones están preparadas para acoger a 500 animales pero en la provincia, afirma, hay más de 2.000 abandonados.
La institución provincial está contactando con todos los ayuntamientos de la provincia para que se sumen porque considera que muchos no pueden costear los gastos resultantes de la recogida de perros abandonados y este será un modo de garantizar el servicio a un precio asumible. De hecho, muchos ya han confirmado su adhesión al servicio provincial que será gestionado por una empresa contratada mediante concurso público. Una cuestión que ha molestado a la asociación protectora de Cambados pues se consideran adjudicatarios legítimos de la perrera de Meis. Es más, han presentado una denuncia para hacer valer sus derechos aunque la anterior titular del recinto, la Mancomunidade do Salnés, defiende que no era un procedimiento de contratación sino un concurso de ideas.
El Refugio llegó a la vía judicial tras fracasar sus intentos de negociación. Llegaron a reunirse con el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, quien, dicen, les prometió informarles puntualmente de los pasos que se fueran dando, e incluso de plantear a los concellos la posibilidad de que se presentara al concurso. Sin embargo, aseguran que no han recibido más información y su enfado ya es mayúsculo. Así, están dispuestos a movilizarse para evitar que las instalaciones se conviertan en un “centro de exterminio y hacinamiento para animales”. “Dixémolo no seu momento, sairemos as rúas, movilizaremos á sociedade, a todos os partidos políticos e iremos a Bruselas (por el Parlamento de la Unión Europea)”.
Y es que según sus responsables, las previsiones de perros abandonados superan la capacidad del recinto con creces. De ahí que teman que la empresa adjudicataria prime el sacrificio (hay una incineradora) en lugar de la adopciones.
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