Las muertes de lobos híbridos -y algunos ejemplares ibéricos- que se dieron en la sierra de Barbanza entre los años 2010 y 2012 aún siguen en la mente de los colectivos ecologistas. Son muchas -más de una veintena- las asociaciones repartidas por todo el territorio gallego que desde hace meses siguen trabajando para que las Administraciones aporten respuestas, algo que por ahora, dicen, ha sido imposible. El último movimiento, encabezado por el grupo barbanzano Axena y la Asociación Coordinadora Protectoras Pontevedra (Acopo), ha vuelto a tocar en la puerta de la UE. Su objetivo es que se aclare lo sucedido y se depuren responsabilidades por «el incumplimiento generalizado de numerosas leyes».
La Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea es el departamento al que han remitido los ecologistas, el 26 de noviembre, un segundo informe en donde explican con detalle las negligencias que, según dicen, ha cometido la Xunta. Tanto Acopo como Axena critican con especial dureza que las batidas consentidas para acabar con los ejemplares híbridos no se ajustan al Plan de Acción para la Conservación del Lobo en Europa. Esta norma aclara que la tarea no puede ser realizada por cualquiera, poniendo como ejemplo concreto a los ganaderos. Los ecologistas sostienen que la Xunta desoyó este punto y permitió que tanto ganaderos como cazadores subiesen al monte con licencia para disparar.
Estas dos entidades reiteran que se mató de manera arbitraria. «Es imposible distinguir a un lobo de un híbrido desde la distancia, hace falta estar en un laboratorio y hacer las pruebas pertinentes. Aquí primero se mató, y luego se analizó», señalan en el escrito enviado a Bruselas.
Plan de gestión en Galicia
Las protestas trasladadas a la UE incluyen el incumplimiento de más normas. Aluden, concretamente, al Plan de Gestión del Lobo de Galicia. Acopo y Axena denuncian que desde que se aprobó este plan, la Xunta apenas lo ha cumplido en los municipios de Barbanza. Añaden que las muertes denunciadas por los ganaderos de la comarca no fueron denunciadas ante la Administración, lo que hace más difícil demostrar que la autoría de esas supuestas muertes estén causadas por los ataques de lobos.
Un portavoz de ambas entidades señalaba ayer que «esperamos tener más suerte con este escrito, ya que a todo lo planteado en el primero sobre la gestión del lobo en Barbanza no contestaron nada».
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