La revisión veterinaria, aparte de las evidentes cataratas, reveló un par de piedras enormes en su vejiga que justificaban su hematuria y su dificultad para orinar. Rubén le hizo una cistotomía, extrajo las piedras y de paso la esterilizó. Fivi está encantada con su nueva vida, es un poco mandona, simpática y cariñosa. Que su edad no te eche para atrás, adoptar un abuelito es siempre recompensado por ellos.
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