Desde la Asociación Coordinadora Protectoras Pontevedra (ACOPO) estamos preocupados por el futuro de lobo en Galicia, ya que al grave problema no resuelto de la tradicional persecución ilegal que sufre la especie, se le suma la creciente amenaza de la pérdida de hábitat.
La proliferación de parques eólicos próximos a lugares de cría y las pistas que le dan acceso facilitando el tránsito de vehículos y personas, aunque el lobo tiene una gran capacidad para adaptarse a las alteraciones de su entorno, contribuyen a aumentar la presión sobre los grupos familiares. Los nuevos proyectos mineros, como el de Coto de Eira, A Serra do Faro o los de A Serra do Suído ( propuesta por la Consellería de Medio Rural para ser incluida en la Red Natura), cuando las canteras ya existentes debido a la actual disminución de la demanda de materia prima por el sector de la construcción, tienen dificultades para dar salida a su producción. Entonces nos preguntamos si tiene sentido promover la explotación de nuevos terrenos, y más que la Xunta se plantee aprobar este tipo de proyectos en una zona que ella misma ha propuesto incluir en Red Natura o en sus inmediaciones. Proyectos que de llevarse a cabo pondrían el peligro de varios grupos familiares de lobos. Solamente los proyectados en el Suído afectarían de lleno a 3 grupos reproductores.
La construcción de vías de comunicación de gran capacidad dificultan o impiden la conexión entre grupos, y propician la muerte por atropello. Batidas, pocas pero con casos inexplicables como las autorizadas en Porto do Son este verano en plena época de cría para, “supuestamente”, corregir un problema detectado ya con anterioridad y que pudo llevarse a cabo en otro momento del año respetando el periodo más sensible para la especie.
La hibridación con perros domésticos. Si bien actualmente los datos nos dicen que este fenómeno es anecdótico y a nivel local y por lo tanto no supone un problema grave, sí supone un riesgo que debemos considerar.
El próximo censo de lobos de Galicia lo dirá, y comprobaremos cual ha sido la evolución desde el 2003 (último censo) que situó la población en 60 grupos seguros y 8 probables. Lo que está claro es que faltan lobos, muchos lobos. Los datos de mortalidad oficiales y la mortalidad natural no justifican el aparente estancamiento de población (situación que se da en la práctica en el sur de Pontevedra y la zona más Occidental de Ourense salvo casos puntuales). La alta tasa de mortalidad ilegal sigue siendo la mayor amenaza para el futuro del lobo ibérico. El lobo paga con creces y al precio más caro los daños que pueda ocasionar al ganado. Daños que afectan al 0,1% del censo ganadero, cifra que sería muy inferior si en dicho censo se contabilizase a los caballos en régimen extensivo. Daños que por otro lado son compensados por la Xunta. Por lo tanto es fácilmente contrastable que el lobo no supone un grave problema para la ganadería tal y como, por tradición, se nos quiere presentar. Para complementar esta información y calibrar el grado de preocupación real de los ganaderos por los daños del lobo más allá de las quejas en los medios, desde ACOPO hemos consultado los datos de subvenciones que ofrece la Xunta para implementar métodos de protección en las explotaciones ganaderas. El resultado es que en todo el año 2010 se aprobaron mediante subvenciones y llegaron a implementarse 30 medidas preventivas para proteger las explotaciones en toda Galicia y en todo un año, y sin embargo asistimos a continuas quejas a través de los medios de comunicación.
Entonces con la cifra del 0,1% de daños sobre el censo ganadero y con el número anecdótico de solicitudes de subvenciones aprobadas e implementadas durante todo un año para proteger al ganado, podemos concluir que desde el punto de vista de negocio el impacto del lobo en la actividad ganadera es casi despreciable, que sus problemas son otros, y que el grado de interés para proteger al ganado parece muy mejorable ya que las quejas no se corresponden después con un interés real en aplicar medidas que reduzcan los daños.
El lobo lejos de ser un problema real, es una oportunidad. Una oportunidad porque numerosos estudios científicos han demostrado que los ecosistemas sin el lobo no funcionan, algo falla. Es una pieza clave. Empieza regulando ungulados silvestres, que en exceso pueden dañar la cobertura vegetal y los cultivos, controla poblaciones de otros carnívoros, y ahí comienza una secuencia de beneficios en los ecosistemas de la que se favorecen multitud de especies como aves insectívoras, escarabajos, aves rapaces, córvidos, y otras especies que obtienen alimento de sus carroñas. Y es una oportunidad para estar orgullosos, porque conservamos una especie íntimamente ligada al hombre durante miles de años, una especie necesaria que en muchos aspectos se asemeja a nosotros mismos y a la que hemos perseguido casi hasta su extinción. Ahora que aún tenemos la oportunidad vamos a dejar vivir al lobo, y vamos a estar orgullosos como sociedad de conservar a este magnífico carnívoro que todavía recorre y enriquece nuestros montes.
Asociación Coordinadora Protectoras Pontevedra (ACOPO)
www.acopo.weebly.com
coordinadorapp@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario