El personal de la Protectora de animales de Vilagarcía acude cada día a las instalaciones de Pinar do Rei con la mosca detrás de la oreja, temiendo que durante la noche los amigos de lo ajeno hayan hecho de las suyas. Ayer fue uno de esos días negros en los que al llegar se encontraron con que había desaparecido buena parte de lo poco que tenían.
Los asaltantes destrozaron la puerta aprovechando la soledad de la noche y se llevaron un microondas, una cafetera, comida de los perros, varios utensilios que emplean para darles de comer y algunos otros enseres. Lo peor, sin duda, el microondas, que utilizan para preparar los biberones, puesto que en las instalaciones no tienen agua caliente. También la cafetera, que utilizan los voluntarios para tomar un tentempié calentito en las frías mañanas de invierno. Pero también los destrozos y el desorden que dejaron.
Porque no contentos con llevarse cosas, los intrusos desordenaron las instalaciones y causaron varios desperfectos en el local, entorpeciendo el trabajo del personal que diariamente atiende a los perros.
Este nuevo asalto al recinto de Pinar do Rei ha reavivado la petición de que se instalen cámaras de seguridad para intentar disuadir a los ladrones. «Ya hace ocho años que las pedimos y todavía nada», dice una de las cuidadoras de la perrera, cansada de aguardar por unas mejoras y unas medidas de seguridad que no dan llegado.
La lista de reclamaciones de la protectora no se limita solo a cuestiones que garanticen el fin de los ataques. Necesitan de forma imperiosa más espacio, puesto que cobijan ya más de doscientos perros. De hecho, el problema ya no solo es de canes, sino también de gatos: «La cuarentena de los perros tuvimos que transformarla en gatera. Ahora no tenemos cuarentena y la gatera es pequeña», se quejan.
Piden también contenedores, puesto que, pese a tener el punto limpio justo al lado, no pueden depositar allí sus desperdicios y tienen que bajarlos en los coches.
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