andres - 05.10.2011
Yo también quiero aportar mi testimonio, por fin, y denunciar por esta vía mi experiencia con "Casal Dog"; aviso ya de que mi actuación no me parece correcta pero me ví o sentí obligada a ella y, desde luego, mi conciencia no está tranquila... Me siento cómplice de ese "campo de exterminio" por no haber denunciado lo que presencié personalmente:Hace 1 año unos "conocidos" me pidieron ayuda para ...localizar una perrita que se les había escapado esa mañana en el ayuntamiento de Redondela; era sobre las 12 de un lunes cuando me uní a ellos para colaborar en su búsqueda; llevaban toda la mañana rastreando la zona, preguntando a vecinos pero nadie la había visto... Así, como todavía no lo habían hecho, lo 1º que hice fue llamar a la clínica veterinaria de la zona, a la policía, y al Ayuntamiento pues me sonaba que tenían contratado el servicio de recogida de perros con una perrera, y no protectora... Allí me facilitaron un teléfono de contacto con "Casal Dog".
En cuanto llamé al móvil y pregunté por la perrita desaparecida, me informaron de que habían recogido un perro con esas características y en esa misma zona pero 2 días antes, el sábado, víctima de un atropello... Como la fecha no coincidía, esa persona quedó en confirmar que no hubiera error... mientras yo hice lo mismo con los dueños de la perrita... Aquí he de aclarar que en esa casa convivían hasta 5 perros, y que la prota de esta historia era la última en llegar, hacía pocos meses, recogida de la calle... y que solía aprovechar cualquier descuido para darse un garbeo, y volver al poco... Todavía no tenía chip. A pesar de que la dueña aseguraba que recordaba perfectamente que cuando les había dado la cena la noche anterior estaban todos los perros... decidí ir igualmente a "Casal Dog", así que les avisé de que me dirigía hacia allí.
Lo que me encontré en la zona de perros recogidos fue un auténtico horror: conforme iba avanzando por el estrecho pasillo, mi corazón se encogía más y más, ya no sólo por lo que siempre me producen estos lugares, por su tristeza característica, esas miradas y ladridos de desesperación... sino porque por la propia distribución del espacio y su situación, era fácil deducir que esos perros jamás debían de salir de esas jaulas, en las que algunos vivían solos -los de mayor tamaño- y los más pequeños, en grupos de 3 y 4... ¡aquello me transportó directamente a las imágenes que todos tenemos de lo que es un campo de exterminio nazi! pero más importante que mis deducciones es lo que también pude observar era su alimento: en ninguna jaula vi pienso alguno, en todas había montones de bocadillos por el suelo, ¡bocadillos!
Aunque fueron pocos minutos los que tardamos en llegar hasta la jaula de la que podía ser la perrita que buscaba... fueron un auténtico calvario, y de los más largos de mi vida, y siguen muy presentes sus imágenes... Como lo está la que motiva principalmente este relato: cuando me encontré por fin ante la "supuesta" desaparecida, era una bola al fondo y en una esquina de aquella celda, a duras penas identificable, su pelaje blanco ya no era tal- empapada entre orina y heces, que le cubrían medio cuerpo... pero sí, ¡era ella! Y sí, ¡llevaba así 2 días!, y a pesar de haber sido recogida tras un atropello ¡no la había visto ningún veterinario! "Porque si los dueños no aparecen ¿quién paga los gastos?", esto me lo contestó literalmente la persona que me acompañó hasta la perrita, y que "le había administrado un antibiótico durante esos 2 días".
De allí nos fuimos directamente a mi veterinario: el diagnóstico fue fractura múltiple de cadera.
Ella se recuperó en tiempo récord, ¿qué sería de aquellos otros? y de tantos y tantos que seguramente habrán pasado por esas instalaciones -hoteleras para unos, cárcel y exterminio para la gran mayoría... Porque lo que les paga el Ayuntamiento de Redondela, por lo que he podido comprobar, no debe de ser para mantenerlos vivos con un mínimo de dignidad -ni en cuanto a alimentación ni cuidados veterinarios...
Por motivos personales, que no me incumben sólo a mí, no puedo compartir todo lo que me llevó a no realizar una denuncia en aquel momento pero, como decía al principio, mi conciencia está ahí... Y lo siento muchísimo.
Ojalá mi testimonio pueda ayudar en algo.
Lo que me encontré en la zona de perros recogidos fue un auténtico horror: conforme iba avanzando por el estrecho pasillo, mi corazón se encogía más y más, ya no sólo por lo que siempre me producen estos lugares, por su tristeza característica, esas miradas y ladridos de desesperación... sino porque por la propia distribución del espacio y su situación, era fácil deducir que esos perros jamás debían de salir de esas jaulas, en las que algunos vivían solos -los de mayor tamaño- y los más pequeños, en grupos de 3 y 4... ¡aquello me transportó directamente a las imágenes que todos tenemos de lo que es un campo de exterminio nazi! pero más importante que mis deducciones es lo que también pude observar era su alimento: en ninguna jaula vi pienso alguno, en todas había montones de bocadillos por el suelo, ¡bocadillos!
Aunque fueron pocos minutos los que tardamos en llegar hasta la jaula de la que podía ser la perrita que buscaba... fueron un auténtico calvario, y de los más largos de mi vida, y siguen muy presentes sus imágenes... Como lo está la que motiva principalmente este relato: cuando me encontré por fin ante la "supuesta" desaparecida, era una bola al fondo y en una esquina de aquella celda, a duras penas identificable, su pelaje blanco ya no era tal- empapada entre orina y heces, que le cubrían medio cuerpo... pero sí, ¡era ella! Y sí, ¡llevaba así 2 días!, y a pesar de haber sido recogida tras un atropello ¡no la había visto ningún veterinario! "Porque si los dueños no aparecen ¿quién paga los gastos?", esto me lo contestó literalmente la persona que me acompañó hasta la perrita, y que "le había administrado un antibiótico durante esos 2 días".
De allí nos fuimos directamente a mi veterinario: el diagnóstico fue fractura múltiple de cadera.
Ella se recuperó en tiempo récord, ¿qué sería de aquellos otros? y de tantos y tantos que seguramente habrán pasado por esas instalaciones -hoteleras para unos, cárcel y exterminio para la gran mayoría... Porque lo que les paga el Ayuntamiento de Redondela, por lo que he podido comprobar, no debe de ser para mantenerlos vivos con un mínimo de dignidad -ni en cuanto a alimentación ni cuidados veterinarios...
Por motivos personales, que no me incumben sólo a mí, no puedo compartir todo lo que me llevó a no realizar una denuncia en aquel momento pero, como decía al principio, mi conciencia está ahí... Y lo siento muchísimo.
Ojalá mi testimonio pueda ayudar en algo.
si solo fuera el ayuntamiento de Redondela el que le paga...por desgracia hay muchos más: sanxenxo, ponteareas..
ResponderEliminar