Hay perros que salen de la nada. Nadie los ha visto aparecer, nadie sabe nada, nadie recuerda. Nada. Los perros que salen de la nada, inevitablemente, figuran con invisibilidad durante un tiempo hasta que a la nada vuelven. Cruzan las carreteras, los atropella un coche, ocupan un arcén, una esquina, un rincón…luego, como todo el mundo predice muy acertadamente “les pasa algo”. MANOLITO es un perro de esos. Varios días atravesando una carretera, con una infección en la piel y un aspecto tan absoluto de abandono que uno ya no da ni imaginado que clase de indeseable es capaz de tal indiferencia. Dolía ver a MANOLITO arrastrar unas orejas llenas de garrapatas con una maraña de pelo que añadía un kilo más a cada lateral. Dolía lo mismo en las patas. Dolía el olor a podrido. Las heridas que tenía. Dolía el vecino indiferente tirándole piedras. La señora que amenazaba inflexible con liquidarlo…
MANOLITO tiene cinco años. Posiblemente en esos cinco años nadie tuvo tiempo de mirarlo. Es alegre (contra todo pronóstico), y además descubre el lado amable de los días y no se lo puede creer.
Está en una casa de acogida muy temporal y pasa todo el día excepto 2 horas dentro de un canil muy pequeño en el que no puede a penas caminar. Es lo que hay. Las perras están en celo y el está esperando ser esterilizado. Casi no se puede decir que haya tenido de momento mucha suerte. Algún optimista podrá.
Se acerca el invierno y si no sale nadie, para variar, se congelará su nariz en ese canil hasta que haya que subirlo al refugio (Ese lugar en el que debería estar cualquiera menos los perros), donde se congelará por completo. MANOLITO necesita, para empezar, unos ojos que lo miren y un sitito para plantar su esperanza y recuperarse. A cambio su alegría y su saber estar (porque MANOLITO es muy limpio, la verdad, espera a que le habrán para hacer sus cosas, y eso que no tiene por qué…y eso que solo sale un ratito al día…).
Para seguir MANOLITO debería de tener lo que se merece, una familia dónde haya alguien que lo mire y además, que lo saque a jugar, que le sonría, que le guiñe un ojo, que le dé un trocito de bocadillo, un paseo por el mar, una cama, un abrigo para perros, un lugar.
Teléfono de Contacto: 690 000 226
MANOLITO tiene cinco años. Posiblemente en esos cinco años nadie tuvo tiempo de mirarlo. Es alegre (contra todo pronóstico), y además descubre el lado amable de los días y no se lo puede creer.
Está en una casa de acogida muy temporal y pasa todo el día excepto 2 horas dentro de un canil muy pequeño en el que no puede a penas caminar. Es lo que hay. Las perras están en celo y el está esperando ser esterilizado. Casi no se puede decir que haya tenido de momento mucha suerte. Algún optimista podrá.
Se acerca el invierno y si no sale nadie, para variar, se congelará su nariz en ese canil hasta que haya que subirlo al refugio (Ese lugar en el que debería estar cualquiera menos los perros), donde se congelará por completo. MANOLITO necesita, para empezar, unos ojos que lo miren y un sitito para plantar su esperanza y recuperarse. A cambio su alegría y su saber estar (porque MANOLITO es muy limpio, la verdad, espera a que le habrán para hacer sus cosas, y eso que no tiene por qué…y eso que solo sale un ratito al día…).
Para seguir MANOLITO debería de tener lo que se merece, una familia dónde haya alguien que lo mire y además, que lo saque a jugar, que le sonría, que le guiñe un ojo, que le dé un trocito de bocadillo, un paseo por el mar, una cama, un abrigo para perros, un lugar.
Teléfono de Contacto: 690 000 226
No hay comentarios:
Publicar un comentario